ADVIENTO: UN RESET DEL CORAZÓN 
Este domingo comenzamos el tiempo de Adviento, y en las lecturas escucharemos a san Pablo diciéndonos «es hora de que despertemos del sueño» (Rom 13,11) y a Jesús reiterando el mismo mensaje: «Estad en vela» (Mt 24,42).
Con estas dos llamadas, tan similares, entramos de lleno en el espíritu del Adviento. Un tiempo, pues, para despertar, para estar atentos, para otear el horizonte e ir percibiendo en él los signos de la presencia de Dios que ya llega, y que nos nacerá en Navidad. Adviento también es un tiempo para identificar los boquetes de los que Jesús habla en el mismo pasaje: brechas por donde se nos puede ir el ánimo y los buenos propósitos, el deseo de ser buenas personas y de intentar vivir según el Evangelio.
En estos tiempos, en que vivimos inmersos en la revolución digital, quizá una analogía con la tecnología pueda servir para mostrar en qué consiste el tiempo que ahora empezamos. Sabemos que de vez en cuando hay que reiniciar un ordenador, o un teléfono. Hacerles un reset, o resetearlos, como decimos (usando un neologismo a partir del original inglés). Pues bien, a veces las personas también necesitamos un reset, y el Adviento nos da la oportunidad para implementarlo.
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