Ha llegado el fin de curso en el Centro San José, otro año más dedicándonos al desarrollo integral de los niños y niñas en edad preescolar de la comunidad de Jardines de San Juan, Ajusco (México).
La fiesta que conmemora este final del año académico siempre es un momento lleno de alegría, al que acuden los niños, elegantes, acompañados de sus familiares. Al mismo tiempo, es un momento de tristeza por las despedidas: los alumnos se despiden de sus profesoras hasta el curso que viene, mientras que para los alumnos de preescolar 3, la despedida es definitiva, porque se termina su tiempo de formación con nosotros.
Para la educadora de preescolar 3 concluye un largo camino de acompañamiento con los 38 niños y sus familiares que han recibido una formación integral en el centro San José durante 3 años consecutivos, y que el próximo curso se integrarán a la primaria para seguir su formación.
Inicia la fiesta del fin de curso con una misa de acción de gracias, una bonita celebración y un buen momento para compartir y mostrar el agradecimiento de las familias hacia el centro por la formación y el cuidado de sus hijos recibido en el centro, y del centro hacia las familias por el trabajo conjunto que se ha llevado: su implicación, dedicación y colaboración con el centro en la formación de sus hijos a lo largo del curso escolar.
La labor de los padres en la formación de sus pequeños es muy importante y de gran ayuda para la formación integral de sus hijos en nuestro centro, al que los niños acuden diariamente para jugar, aprender y divertirse, pues es la continuidad de sus casas, donde se completa el desarrollo de las primeras etapas de sus vidas: valores, virtudes, habilidades y conocimientos.
¡Terminamos este ciclo escolar con otro logro más! 38 niños graduados que se incorporarán a la primaria el próximo curso para seguir su formación. Los otros 70 (niños de maternal, preescolar 1 y preescolar 2) avanzarán al siguiente nivel para seguir formándose en el centro, a la vez que recibiremos a un buen número de alumnos nuevos, para poder seguir brindando este apoyo a la comunidad.
A principios de 2017 el centro educativo Saint Lucy Parish School de Racine (Wisconsin) organizó un concurso de monedas para recaudar fondos para lápices y material escolar para la Parroquia La Sagrada Familia en la República Dominicana. Gracias a los pequeños la campaña recaudó con éxito un total de 1.500 USD.
Cada mes de agosto inicia el nuevo curso escolar en la República Dominicana y muchas familias tienen dificultades para sufragar los gastos del material escolar y los uniformes de sus hijos. Algunas familias pasan tanto apuro que los muchachos incluso empiezan el curso más tarde, cuando finalmente han podido comprar todo lo necesario. Con la ayuda de Saint Lucy Parish School, la Parroquia La Sagrada Familia ha podido distribuir libretas, lápices y uniformes a muchos niños. Desde aquí queremos transmitir el agradecimiento de los niños dominicanos a los estudiantes de Saint Lucy. ¡Ahora ya pueden empezar la escuela!
En una sociedad tan exigente como la nuestra es imprescindible obtener una base educativa sólida que impulse el aprendizaje y el sano desarrollo de los niños, trabajo que día a día realizamos en el Centro Comunitario de Desarrollo Infantil San José, en la Ciudad de México.
En el ciclo escolar 2016-2017, que acaba de finalizar, 36 niños y niñas concluyeron satisfactoriamente la etapa preescolar con nosotros. Para celebrar este logro, los niños estuvieron rodeados de familiares y personas cercanas en una fiesta de fin de curso alegre y agradecida, que celebramos el pasado día 14 de este mes de julio: una historia con final feliz, que se repite cada año en el asentamiento irregular de Jardines de San Juan.
El trabajo continuará con los 72 niños y niñas restantes, que avanzan de nivel, junto con casi 40 más que se integrarán en el nuevo ciclo que está por comenzar (a finales de agosto). Las plazas ya están ocupadas, pues los padres han querido inscribir a sus niños cuanto antes, para poderles brindar esta oportunidad de crecimiento, desarrollo y aprendizaje.
Desde el primer día del curso, ya lejano, juntos fuimos vivenciando juegos y actividades, aprendiendo de día en día. Los niños fueron creciendo en una sana convivencia a lo largo del curso escolar, aprendiendo a quererse, a veces perdonarse tras una pelea, a jugar, compartir, reír y llorar, y también a aceptarse. Esta convivencia, apoyada por una nutrición adecuada y el trabajo incansable de las educadoras comunitarias con los niños, ha llegado a un final feliz con la clausura del curso escolar 2016 -2017, despidiendo a los 36 niños y niñas que concluyen Preescolar 3 y que ya cumplen 6 años, listos para integrarse a la escuela primaria.
En un momento tan importante como éste, los papás y familiares quisieron estar cerca de sus niños, orgullosos de los logros alcanzados, y comprometidos con el camino que todavía les queda por recorrer. Fue un día de muchas emociones, y al reconocer cómo han crecido y aprendido tanto, compartimos juntos la alegría ¡de un nuevo final feliz!
En la Casa San José de Cochabamba, la Comunidad de San Pablo combina la reinserción familiar con la escolarización de los niños
En la Casa San José, que tiene por objetivo la reinserción familiar de niños alejados de sus hogares, que se encuentran viviendo en las calles de Cochabamba, se está viviendo un conflicto de prioridades, al que recientemente hemos tratado de buscar solución.
Cuando los niños llegan al centro comienza un periodo de trabajo intensivo en el que los educadores, la psicóloga y la trabajadora social se ocupan de los aspectos psicológico-emocionales del niño, así como de sus hábitos y disciplina, a través de diversos talleres; todo ello con el objetivo de preparar a los niños para su reinserción familiar. Por este motivo, durante dicho periodo los niños no están escolarizados, y es por ello también que se intenta que solo estén el tiempo indispensable en el centro. De hecho, incluso a nivel legal, se reconoce la importancia y la prioridad de este periodo de reinserción, y la justicia no autoriza la escolarización formal de los infantes en ese periodo.
El problema empieza cuando los niños ya están preparados para reincorporarse a sus familias, se ha evaluado la idoneidad del núcleo familiar, los progenitores han asistido a la escuela de padres en el mismo centro, y por demoras burocráticas el proceso judicial toma varios meses —durante los cuales no pueden retornar a sus familias ni escolarizarse desde sus núcleos familiares. Así que se cumple el dicho “justicia retardada, justicia denegada”.
Esta situación nos preocupa, porque aunque lo más importante es recomponer el hogar, y ese es el fin de Casa San José, es una pena no poder integrar antes a nuestros niños en el sistema educativo. Tras pensar mucho sobre el tema y reunirnos con los padres, encontramos una solución. Las familias estuvieron de acuerdo en inscribir a sus hijos en las escuelas respectivas de su barrio y en recoger a los niños a diario en Casa San José, llevarlos al centro educativo y devolverlos en la tarde a la casa. Aunque es un gran esfuerzo por su parte, entendieron que no valía la pena que los niños perdieran un año escolar, así que hemos podido conciliar familia y escuela.
El Centro infantil San José de Ajusco, México, visita el Parque del Pedregal y conoce la labor de la policía
Una de las últimas salidas de los niños del Centro Infantil San José fue al parque Pedregal de México. Allí pudieron jugar y gozar de la naturaleza y las recreaciones.
Lo más curioso de la salida fue que tuvieron la compañía y protección de tres policías de la zona. Los policías jugaban y cantaban con los niños. Los pequeños no salían de su asombro; su temor a los uniformados era grande. No es de extrañar, porque los padres suelen reprender a los niños con el típico “si te portas mal, llamaré a la policia y vendrá a buscarte para llevarte a un cuarto oscuro”. Así pues, costó un poco que rompieran esa barrera y se dieran cuenta de que los policías son personas buenas y amables que cumplen un papel social muy importante y que se pueden dirigir a ellos si necesitan algún tipo de ayuda.
Según algunas estadísticas, la Ciudad de México es una de las 50 ciudades más violentas del mundo y los niños, que son el grupo de población más vulnerable, deben aprender a no temer a los agentes del orden público y a crecer como ciudadanos que respeten las normas de convivencia.
Después de esta experiencia distinta de lo común, si preguntamos a los niños del Centro San José qué quieren ser de mayores, algunos ahora responden: “Quiero ser policía, como los del parque del Pedregal”.
OBJETIVOS ALCANZADOS EN EL CENTRO SAN JOSÉ (MÉXICO) TRAS 15 AÑOS DE ATENCIÓN A LA POBLACIÓN INFANTIL
Durante los últimos quince años, desde el 2001, hemos estado trabajando en la colonia Jardines de San Juan Ajusco (México), un barrio irregular habitado por familias vulnerables de escasos recursos económicos. Nuestra prioridad ha sido asegurar que los niños en edad preescolar de esta colonia pudieran tener acceso a una adecuada alimentación y educación.
Al principio el proyecto funcionó en unos locales prestados con un servicio de comedor infantil. Al cabo del tiempo, con la ayuda de benefactores empezamos a construir la infraestructura de lo que es hoy el Centro Comunitario de Desarrollo Infantil San José, inaugurado a finales de 2005, iniciándose así también el programa de educación preescolar formal que continúa hasta la fecha.
A los diez años de haber inaugurado el Centro San José hemos querido hacer balance de los objetivos alcanzados: nos sentimos satisfechos de haber brindado en estos años un programa de alimentación diaria, educación preescolar, estimulación temprana y otras actividades didácticas a 1057 niños y niñas. Podemos ver el fruto del trabajo realizado en unión con los padres de familia y una amplia red de benefactores y voluntarios que han aportado su ayuda a esta comunidad.
Por otra parte, en estos últimos quince años 340 niños y niñas han egresado del Centro San José para incorporarse a escuelas de primaria. Estas cifras reflejan el beneficio obtenido por parte de cada uno de estos niños y de sus familias, que aspiran a construir un futuro mejor sentando una base sólida para la educación de sus hijos. Aquí adjuntamos el último vídeo.
https://www.youtube.com/watch?v=UzOAEk-UXpY&feature=youtu.be
Una semana antes de que empezaran oficialmente las clases, el grupo de trabajo y las maestras del centro San José emprendieron actividades de reubicación de las aulas, acomodaron muebles, pintaron los salones retocando las puertas, asearon a profundidad paredes y pisos, y posteriormente realizaron la decoración del recinto preescolar. Todo con el fin de brindar una calurosa bienvenida a los niños de Jardines de San Juan, en las afueras de la ciudad de México, cuando llegaran a su primer día de clase.
Así hemos iniciado el nuevo ciclo escolar 2015-2016 en el Centro Comunitario de Desarrollo Infantil San José, contagiados de alegría, porque sabemos que cada día trabajamos en la construcción de valores para formar niños y niñas con mejores aspiraciones para su futuro.
El primer día de clase por la mañana, mamás y algunos papás llegaron a la puerta principal del centro para dejar a sus hijos e hijas en manos de sus “segundas mamás”, las maestras, para luego desplazarse a sus lugares de trabajo. Algunos niños llegaban ya con deseos de entrar a convivir con sus amigos y compañeros, a otros les costaba trabajo regresar ya que se la pasaban muy bien en casa con su abuelita y hermanos, otros llegaban temerosos al ser su primera vez, y los más pequeños no dejaban de llorar al notar que se desprendían de los brazos de su mamá y los recibían unos “extraños”.
Como ocurre en todas partes y en todas las edades, la adaptación al nuevo entorno educativo, después del verano, toma unos días, mientras los pequeños se acostumbran al ambiente, y al trato interpersonal con los demás. Las primeras semanas de este regreso a clases la tarea principal de las maestras es manejar bien estos aspectos para que los niños se acostumbren, se relajen y puedan convivir a gusto.
En este nuevo curso el primer día contamos ya con 106 niños y niñas, sin haber hecho una campaña previa, cosa que nos satisface mucho. En años anteriores no habíamos rebasado la cifra de 100 niños, y nos alegramos en estos momentos de poder prestar este servicio de alimentación, educación preescolar y ayuda al desarrollo a los niños que lo necesitan entre esta población joven y creciente, en la que nuestro programa goza de un índice de aceptación cada vez mayor.