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Domingo 14 Abril 2019


 

Hoy, Domingo de Ramos, leemos la pasión de Jesús y, como sucede también en el Viernes Santo, al escuchar el relato nos invaden la congoja y la tristeza, incluso la rabia. Se nos puede hacer difícil el silencio de Jesús; lo podríamos interpretar como rendición, como aceptación fatalista del destino, pues ¿cómo es que no logra contestar ni a Herodes ni a Pilato? Es cierto que sí responde a Pilato, pero podríamos considerar que su réplica son cosas vagas como eso de que su reino no es de este mundo y cosas que, por supuesto, Pilato no entiende. Incluso podríamos pensar −con razón o sin− que el gobernador estaba más que dispuesto a ayudarlo. Ciertamente lo de Jesús en el pretorio era un juicio en toda regla, y él renuncia a su derecho más fundamental: defenderse.  Asimismo podríamos preguntarnos por qué no respondió a Pilato con alguna frase ingeniosa que desarmara a sus oponentes (no sería la primera vez); o por qué no hizo un buen discurso para enervar a las masas o incluso atrevernos a imaginar por qué no hizo allí mismo algún milagro espectacular tal como antaño Yahvé tenía acostumbrado al pueblo de Israel.
 
Se nos hace difícil aceptar que, al contrario, “como cordero fue llevado al matadero” (Is. 53,7). Después, analizando, uno se da cuenta de que quizás ese silencio era el único discurso posible. Porque las estrategias de poder, las dinámicas y las espirales de envidias, venganzas y odios, solo se pueden romper con el silencio, y acaso con la muerte (que no siempre tiene que ser física). Cualquier otra cosa sería parecida a la carrera armamentista de la guerra fría, que era un poco “a ver quién puede más”. Cualquier acción de Jesús lo hubiera puesto a la par con los intríngulis de poder de Pilato, Herodes y compañía. La única forma de iniciar la desescalada era convertirse en un cordero llevado mansamente al matadero.
 
Dijo Martin Luther King Junior que el odio no puede expulsar al odio. Con violencia no se erradica la violencia, ni las ansias de poder se neutralizan queriendo ocupar más espacios de poder. Nos queda pues ser testimonios definitivos de generosidad y de amor, demostrar que no nos importan las grandes o pequeñas parcelas de poder. Que tanto nos da no aparecer en la foto, que no pasa nada si no obtenemos ningún reconocimiento por nuestras acciones. Es una derrota sin paliativos, pero que tiene más influencia y sentido que cualquier victoria que se mueva, aunque sea tenuemente, en los parámetros del poder. Quizás solo lo consigamos plenamente en el cielo, pero eso no quita que ya, desde ahora, vayamos avanzando hacía esa dirección, hacia esa nueva Pascua que está ya cerca.
 
Seguramente Jesús, durante su pasión, deseaba hablar. Deseaba decirle algo a Pilato y a Herodes, ni que fuera para defender a los suyos. Pero si iniciaba la réplica, entraba en el su propio juego. Al final resultó que ese silencio tan difícil de entender fue, al cabo de tres días, su mayor discurso y su mayor milagro.


 

Miércoles 3 Abril 2019


Durante la Cuaresma, católicos alrededor del mundo practican de forma más intensa la oración, el ayuno y la limosna. El P. Ricardo Martín, de la Comunidad de San Pablo, es rector de la parroquia del Sagrado Corazón en la ciudad de Racine, en Wisconsin. Los dos últimos años, la parroquia ha dedicado su campaña de Cuaresma a la construcción de sendas capillas en la parroquia de la Sagrada Familia, en la República Dominicana, donde la CSP ha trabajado desde 2003. Estas capillas no son sólo espacios de oración, sino que también se utilizan como lugares donde se reúne la comunidad y desde donde se pueden llevar a cabo diversos programas educativos. Estos dos últimos años, dos grupos de la parroquia han viajado a la República Dominicana para conocer de primera mano el trabajo que se realiza allí y para estar presentes en la inauguración y bendición de cada capilla.

Este año, la parroquia está dedicando su campaña cuaresmal a la construcción de una nueva capilla/centro comunitario, pero esta vez en la zona de Independencia, en la provincia de Cochabamba, en Bolivia. Independencia está a unas cuatro horas en coche de la ciudad de Cochabamba, atravesando una increíblemente bella sección de Los Andes. La capilla será construida en un terreno donado por la comunidad local, y situado en un lugar central a ocho distintas comunidades rurales, y desde ahí se llevarán a cabo programas médicos, de educación y agricultura. Para informarse del proyecto y de la gente a la que servirá, Ricardo visitó Independencia en febrero. Este es el video que se ha producido para explicar el proyecto a los feligreses de la parroquia del Sagrado Corazón de Racine, Wisconsin: http://www.youtube.com/watch?v=ZMKc4vAvZyc


 

Martes 26 Marzo 2019


Tal vez no sea exagerado afirmar que uno de los principales problemas a los que se enfrentan nuestras sociedades actuales es la presencia, en su esfera pública, de un número inusualmente elevado de pirómanos: es decir, de políticos, líderes sociales, intelectuales, periodistas y figuras conocidas de todo tipo y de ideologías muy variopintas que, sin embargo, tienen en común la tendencia a provocar fuegos, a  incendiar el debate con planteamientos maniqueos que polarizan la sociedad, con exabruptos, con insultos, o apelando a las emociones más que a la razón.

No es ningún secreto que estamos inmersos en una época de cambios muy profundos: se tambalean equilibrios geopolíticos que hace apenas unos años parecían estables, y en verdad no sabemos cómo será el mundo dentro de un lustro o una década. Es legítimo preguntarnos, por ejemplo, si la ola autoritaria y populista que hoy sacude Occidente (y que es en sí misma, sin duda alguna, el resultado de las incertidumbres que países enteros experimentan en cuanto a su futuro, sus economías, su seguridad, la permanencia de sus valores más tradicionales) es una pesadilla pasajera, que la cultura democrática occidental sabrá frenar, o bien la aurora de una nueva era en la que valores democráticos que hoy damos por sentados quedarán en entredicho. La posverdad, ¿es una fiebre transitoria que sabremos sacudirnos, o ha venido para quedarse? La nueva xenofobia de la que hacen gala (sin ningún pudor) políticos destacados a ambas orillas del Atlántico, ¿es efímera o echará raíces en la sensibilidad de las poblaciones del futuro?

No lo sabemos. Sí es evidente que, ante la volatilidad del presente, lo último que necesitamos es el exceso de pirómanos que parecen poblar nuestros gobiernos, medios de comunicación y redes sociales. Un mundo en profunda transformación requiere sosiego, no más incendios.

La piromanía de tantos líderes actuales no hace sino incrementar la sensación de zozobra de mucha gente, provocada por los tiempos inciertos en que vivimos (aunque mucho menos inciertos, seguramente, de lo que asegura el discurso incendiario de estos líderes).

Tampoco es la primera vez que sucede algo similar. La historia enseña que toda época convulsa ha visto surgir su colección particular de pirómanos, oportunistas que, sencillamente, ven en el río revuelto la posibilidad de pescar… fama y poder. Esta búsqueda es, a fin de cuentas, lo que los mueve, y la estrategia para lograr sus objetivos no podría ser más simple: describen un mundo en llamas, contribuyen a que el fuego se propague, y acto seguido se presentan como aquellos que pueden sofocar el incendio: como los únicos que pueden hacerlo. Lo asombroso, por supuesto, es que siendo tan obvia y antigua la estratagema, siga dando resultado.

Insistamos, para concluir, en algo que ya hemos subrayado en este blog en otras ocasiones: aunque las voces incendiarias puedan ser sugerentes, hechiceras y atractivas, lo que necesitamos son voces que en vez de polarizar creen consensos, que en vez de tensar la cuerda apacigüen los ánimos, que en vez de alarmar tranquilicen, que en vez de pintar las cosas de un solo color sepan matizar, que en vez de mentir (asegurándonos que poseen soluciones simples a los retos que nos rodean) tengan la honradez de reconocer la complejidad de la realidad, y la inteligencia para moldearla de modo que beneficie al bien común, y no únicamente a algunos. Solo estas voces (también las hay) nos ayudarán a enfrentar con sensatez el futuro incierto que se avecina.


 

Martes 12 Marzo 2019

Con el comienzo del curso escolar han arrancado los diversos programas educativos de la Comunidad de San Pablo en el centro de desarrollo comunitario Casa Garavito de Bogotá




 
En Colombia el calendario escolar va de febrero a noviembre, de modo que las vacaciones más largas de los estudiantes, que en otros países son en julio y agosto, aquí tienen lugar en diciembre y enero. Con el inicio del curso académico en los colegios y universidades de todo el país, también hemos dado inicio a los diversos programas educativos que funcionan en el Centro de Desarrollo Comunitario Casa Garavito, que la Comunidad de San Pablo tiene en el barrio El Pesebre del sur de Bogotá.
 
Este año hemos abierto dos grupos de estudiantes nuevos en el taller de Corte y Confección. Sumando las personas que se han inscrito para empezar de cero y las que siguen su formación del año anterior, ya son 50 (en su gran mayoría mujeres, aunque también las acompañan algunos hombres) las que participan de estos cursos.
 
El primer sábado de febrero ya dio inicio, también, la educación para el grupo de adultos mayores del barrio que han venido recibiendo clases de cultura general desde el 2017. Nos alegra mucho poder informar que este año se han añadido varios estudiantes nuevos a este programa, siendo hoy casi veinte los abuelos y abuelas que se reúnen, bolígrafo y papel en mano, todos los sábados en casa Garavito.
 
También las clases de guitarra para niños y jóvenes han comenzado a buen ritmo (nunca mejor dicho). Por otro lado, estamos inscribiendo niños de 6 a 15 años para un nuevo programa, en este caso de clases de Inglés Básico, que empezará en abril. Este será, sin duda, un buen complemento al resto de programas, y mucha gente ha mostrado interés en él.
 
Desde Casa Garavito (que también acoge programas pastorales de la parroquia La Resurrección, como un taller bíblico semanal y un grupo juvenil) seguimos coordinando nuestro programa de becas universitarias. En 2019 estaremos colaborando a 22 estudiantes del barrio, para que con nuestra asistencia puedan continuar sus estudios universitarios.  
 
Finalmente, una iniciativa nueva de la Comunidad de San Pablo en Bogotá para este 2019 es que hemos dado inicio a una colaboración con una fundación local (“Solidaridad, Fuerza de lo Pequeño”) que desde hace años atiende a personas con discapacidad del barrio La Resurrección. La ayuda de la Comunidad de San Pablo permite que estos jóvenes y adultos discapacitados cuenten con actividades organizadas para ellos tres días por semana. Nos alegra sobremanera poder poner nuestro granito de arena también para su bienestar y desarrollo personal.

 


 

Miércoles 6 Marzo 2019

 
 
El domingo pasado, el último del Tiempo Ordinario antes del Miércoles de Ceniza, escuchamos un mensaje con tres enfoques de Jesús con respecto a la integridad de aquellos que se esfuerzan por ser sus discípulos. Dicha integridad se basa en la humildad y la introspección: reconocer la propia ceguera, quitar la viga del propio ojo antes de ocuparse de la astilla en el ojo del hermano. Y así como las raíces de un frutal necesitan ser curadas para que el árbol dé buen fruto, así también nuestros corazones deben limpiarse a menudo para que lo que emane de ellos sea sano y constructivo.

Seremos conocidos por el fruto que demos, que saldrá de nuestros corazones. Cualquiera que haya sido padre de un adolescente sabe que la pedagogía del “haz lo que digo, no lo que hago”, tiene poco peso, y no inspira. Y, desde luego, no se trata solo de que no funciona con los adolescentes. En ese sentido, si nos tomamos en serio que estamos llamados a ser discípulos de Jesús, a ser aquellos que aprenden del maestro y luego son enviados a compartir el Evangelio, primero debemos comenzar por trabajarnos a nosotros mismos. Debemos comenzar por nuestra interioridad, y allí cultivar la humildad.

La Cuaresma es un tiempo especial que se nos da cada año para reordenar nuestras prioridades y centrarnos de nuevo en el Evangelio de Jesús. Lo comenzamos por un acto aleccionador, de recibir cenizas. El Misal Romano ofrece dos opciones de frases que pueden decirse mientras que el ministro coloca las cenizas en la frente de los fieles. La primera es muy directa: “Recuerda que eres polvo y al polvo volverás”. Esta opción conecta directamente el gesto que hacemos con el origen de las palabras humildad y humilde, que vienen del latín humus, que significa “tierra”. Ser humilde significa, literalmente, bajarse al suelo. La segunda opción también invita a los fieles a la humildad, a reconocer sus propias limitaciones y faltas, y establece una conexión con el discipulado: “Arrepiéntanse y crean en el Evangelio”.

Esta llamada a la humildad no equivale a que nos creamos unos inútiles. Esto no tendría sentido, puesto que desde hoy nuestros ojos miran hacia la Salvación y la Resurrección. ¡Jesús no vino a salvar basura! La austeridad y la humildad de la Cuaresma no pueden separarse de la Pasión ni, sobre todo, de la Resurrección de Jesús. Este último es, por supuesto, el centro del Evangelio de Jesús, que nos muestra el poder del amor humilde.

En última instancia, la humildad es fundamental para el discipulado porque siendo humildes podemos aprender del Maestro y llegar a ser como él (algo que también se mencionó en el Evangelio del domingo pasado). Nos arrepentimos y rebajamos, no para quedarnos en el suelo, sino para ser levantados por el Maestro, aprender de él y darnos cuenta de nuestro verdadero valor ante los ojos de Dios. Al creer en el Evangelio adquirimos la fortaleza para salir y anunciar la Buena Noticia de Jesús, y entonces nuestras palabras tendrán el peso de las palabras de los que practican lo que predican. Hay algo especial, singular, en aquellos que viven el Evangelio creyéndolo profundamente.

Por lo tanto, la humildad es el comienzo del verdadero cambio en nuestros corazones y en el mundo que nos rodea. La humildad requiere mucha fortaleza (¡esa viga de madera suena bastante pesada!). Y si ella impregna nuestro centro (nuestro corazón) podemos ser mucho más fuertes, apartar nuestro ego y dejar que entre en nosotros la gracia de Dios, de modo que él pueda usarnos como sus instrumentos, a menudo de maneras que nunca hubiéramos imaginado.

Que la recepción de las cenizas de hoy sea un impulso para hacernos humildes, y para que nuestros corazones se llenen de la esperanza del Evangelio. Si profundizamos y aceptamos los desafíos de este tiempo cuaresmal, la oración, el ayuno y la limosna darán buenos frutos, no solo en nuestras vidas, sino también en las de quienes nos rodean.


 

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