La Comunidad de San Pablo acompaña y orienta a una asociación de tejedoras del altiplano de Cochabamba
La asociación inició con quince integrantes, y actualmente ya cuenta con 65. Las mujeres aprenden a tejer y confeccionar ropa de abrigo, sobre todo para los más pequeños de sus familias (viven a más de 3.400 metros sobre el nivel del mar, y allí el frío es intenso). A la vez, la asociación también es un espacio de encuentro privilegiado, donde las mujeres comparten inquietudes y aprenden a escucharse unas a otras. Sus temas de conversación son variados: la violencia intrafamiliar, la economía de las comunidades rurales, los efectos del cambio climático en su tierra, la seguridad alimentaria, la migración del campo a la ciudad, la desigualdad de género… sus conversaciones cotidianas no llevan estos títulos, pero sí versan sobre estos contenidos. Con su lenguaje llano platican sobre el machismo, los embarazos tempranos, los matrimonios jóvenes, el abandono de madres solteras y otros temas que les preocupan porque inciden directamente en las condiciones de pobreza en que viven.
El equipo de la Comunidad de San Pablo aprovecha estas temáticas expresadas en sus reuniones para preparar charlas orientativas, de apoyo y análisis de la realidad, en las que se buscan alternativas para paliar estas problemáticas. El primer paso lo dan ellas: el apoyo mutuo y el trabajo conjunto; luego, el equipo asesor toma el relevo realizando las charlas.
Estamos convencidos de que brindar apoyo a la mujer campesina es la mejor garantía que podemos ofrecer para ayudar al desarrollo de sus comunidades.