La Comunidad de San Pablo favorece el rol de los padres en el centro infantil del Ajusco, México
Hace ya mucho tiempo que la UNESCO menciona razones importantes para la participación de los padres en la educación de sus hijos. Quizá eso sea muy obvio en algunos contextos, pero las distintas realidades socioeconómicas y educativas de los países, así como las exigencias del mundo laboral y las nuevas ofertas tecnológicas, crean nuevos retos.
La UNESCO menciona en primer lugar el vínculo que existe entre padres e hijos, que mejora los aprendizajes; en segundo lugar, subraya que el padre y la madre son los primeros educadores de sus hijos, y esto muestra un impacto positivo en la educación temprana de calidad en el desarrollo y aprendizaje de los niños; y por último la familia aparece con un espacio privilegiado para la implicación en la cobertura educativa en la primera infancia.
En el barrio Jardines de San Juan, Ajusco, ciudad de México, para los padres que llevan a sus hijos al Centro Comunitario de Desarrollo Infantil San José, de la CSP, la educación no es tarea fácil. Algunos solo ven a sus hijos por la noche o los fines de semana, pero a pesar de las dificultades no dejan de buscar momentos para acompañar a los niños con sus tareas. Saben que estos momentos son privilegiados, los momentos de estar cerca de ellos, con amor, ternura y paciencia; quieren conocer lo que sus hijos están aprendiendo y dejar que realicen sus actividades del modo más independiente posible para fortalecer su autoestima, su inteligencia y su capacidad de hacer las cosas por sí mismos.
Durante el mes de marzo, apoyados por la maestra, los niños expusieron frente a sus compañeros con espontaneidad, sencillez y satisfechos de su trabajo diferentes temas (desde los alimentos saludables a el medio ambiente, los peces en extinción y las distintas profesiones que les llaman la atención). Una niña explicó con gran aplomo que de mayor quería ser pintora, ¡pero no una pintora cualquiera! sino una pintora como Leonardo Da Vinci, Picasso o Diego Rivera y acto seguido mostró varias imágenes de algunos de sus cuadros más famosos y describió lo que veía con toda naturalidad. También fue muy curiosa la convicción con que otra niña atendía a una oveja herida en su rol de veterinaria.
Todo este hermoso trabajo se pudo realizar gracias a los padres, que están convencidos de ser los primeros educadores de sus hijos y desde sus casas les ayudaron a buscar información, a crear el vestuario y el escenario para dar visibilidad a las profesiones soñadas por sus hijos. Con la seguridad del apoyo e interés de sus padres, los niños se mostraron radiantes presentado sus futuras profesiones.