El centro de capacitación laboral de Meki (Etiopía) celebra el fin de semestre con una excursión
La ciudad de Meki está situada en la zona del Rift Valley. Los lagos Koka, Zway, Abiyata, Shala y Langano son compañeros de ruta a lo largo de los 215 kilómetros de carretera que va desde Addis Abeba hacia el sur de Etiopía.
Así que nos fuimos precisamente a visitar flamencos, marabúes y garzas del lago Abiyata, y a las aguas termales cercanas al lago Shala. A pesar de estar a sólo 85 kilómetros de Meki, nuestras estudiantes ni sabían de la existencia de una reserva natural de animales y aguas termales en esa zona, ni mucho menos la habían visitado.
Nos embarcamos en dos autobuses, con la comida preparada el día de antes en nuestro centro, nuestras estudiantes vestidas con tanta elegancia que parecía que fuéramos a cualquier sitio menos de paseo por montes y lagos, y un sinfín de teléfonos preparados para fotografiar cada momento del paseo.
A la hora de andar por caminos o piedras, ellas sin problemas se sacaban los zapatos elegantes que se habían puesto e iban descalzas. No pudo faltar el autobús que se quedó enterrado en medio de uno de los senderos de arena, y nos hizo esperar un buen rato hasta que el conductor con ayuda de la gente local pudo reemprender el camino. Eso sí, durante la espera, el otro autobús se convirtió en pista de baile para las que preferían bailar a esperar bajo un árbol. Y después de pasear, ver camellos, jabalís, avestruces, infinidad de flamencos y marabús, comimos juntas y lavamos los platos con tierra y agua caliente de un riachuelo cercano que se había formado con las aguas termales.
La sorpresa mayor del paseo fue ver los géiseres naturales que se forman al lado mismo del lago. En los días festivos la zona se llena de gente que sale de excursión y meten en los géiseres bolsas con patatas y huevos y se los comen cuando los tienen hervidos. ¡Creo que en nuestro próximo paseo haremos lo mismo!
Disfrutamos del día y tuvimos un ambiente muy agradable. Nos reímos y nuestras estudiantes pudieron conocer las maravillas naturales que tienen, tan cerca de Meki, su ciudad. El paseo fue muy positivo, pero, eso sí, ¡al día siguiente muchas faltaron a clase porque decían que estaban agotadas de lo mucho que caminamos y lo mucho que bailaron el día anterior!”.